top of page
Ancla 1

Diego Rodríguez Rodríguez

Ya hace 5 años que entre por la puerta de un gran salón, con un piso rojo y azul salido de lo común (el cual no podía pisar con zapatos), en medio de este salón había un gran mural con un dragón y un samurái inconclusos, un estante con implementación un poco maltrecha y un gran espejo al final. Nunca imagine que ese salón se convertiría en mi segundo hogar, que ese piso inusual (tatami) desde entonces era el único que quería pisar, que la mirada de ese dragón y el de ese samurái me invitaban a no rendirme y que eran  junto a mis compañeros, en los que más tarde encontré una familia por elección, los testigos de mi progreso; aquellos implementos que día tras día, sudor tras sudor se iban añejando con cada patada y que con un golpe peculiar marcaban el ritmo de la técnica, se tornaron entonces parte de mi cuerpo. Fue así como aquel espejo gigantesco guardo para sí, mi historia en aquel lugar y la de muchos más guerreros, que encontramos en el TAEKWONDO una salida de la cotidianidad, de lo común, un epicentro para forjar el espíritu, la mente y el corazón.

​

En el año 2010 ingrese a la institución educativa INEM “José Félix de Restrepo”,  a cursar octavo de bachillerato, ese primer año en el cual adquirí varios problemas por mi indisciplina y después de varios altercados que terminaron en golpes y una que otra “mala amistad”, decidí buscar un lugar para aprender a controlarme y de paso practicar un deporte en mi tiempo libre, fue entonces en el 2011 que ingrese al Club de TaeKwonDo INEM, desde entonces he aprendido un maravilloso  arte marcial, que ha forjado mi carácter, mi disciplina y me ayudo a confiar en mí mismo, he conocido grandes persona y construidas grandes amistades, hoy soy estudiante de Derecho en la Universidad de Medellín becado y cinturón rojo en taekwondo.

bottom of page