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Ancla 1

Sergio Hurtado Echavarría 

Mi nombre es Sergio Hurtado Echavarría, tengo 20 años, nací en el municipio de bello, pero crecí y me crie en el barrio Castilla, Comuna 5 de la ciudad de Medellín.

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Al rememorar mis años pasados recuerdo la necesidad que tenia de buscarle una salida a mi vida, el afán de conseguir dinero o incluso aceptación por parte de mis amigos, de “mi combo”. Mi niñez en el barrio fue muy “normal”, solía estar con mis amigos por fuera de casa todo el día juagando las escondidas, boy, futbol, chucacogida, todo era algo muy normal, lo triste y preocupante es que también se convertía en normal para mí y mis amigos tenernos que entrar corriendo en cualquier momento a causa de balaceras, ver personas asesinadas en cualquier lugar y a cualquier hora del día, ver como en el parque del barrio en el que jugábamos habían siempre personas consumiendo diferentes sustancias psicoactivas, ver como las peleas entre familiares a causa de las borracheras de fin de semana terminaban como minio con una madre o un hijo herido, ver como la indiferencia de la sociedad ante este tipo de situación se convertía en algo “normal”. Así fue pues mi niñez muy bella y muy fuerte.

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Todas las situaciones por las que se pasaba a diario en el barrio hicieron que a medida que creciéramos nos pareciera más normal las drogas, las armas, las peleas, las extorciones, y múltiples y muy diferentes situaciones por las que uno se ve influenciado cuando “ya es grande”. Con solo 13 años ya empezaba a sentir como el barrio me absorbía y cómo aunque intentara buscar  otras opciones como el deporte (futbol, rugby, skate) o la cultura (pintura, dibujo, actuación); siempre terminaba envuelto en una maraña de hechos me alejaban cada vez más del buen camino, de un futuro prometedor, situaciones que me hacían preguntar ¿es este el camino o la vida que tendré que tener?¿será mi futuro tener que estar en una esquina con un arma cuidando que ninguna persona de otro combo se meta?...

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Afortunadamente la vida hizo que a la edad de 16 años en el colegio en que estudiaba (INEM de Medellín)  y motivado por mi grupo de amigos y el apogeo de las artes marciales mixtas que para ese entonces en el 2012 empezaba a hacerse muy popular dentro de los deportes de contacto, conociera el Club de Taekwondo INEM y más que conocer el club, fue el hecho de conocer a mi maestro Juan Carlos Muñoz-KIO, ya que deportes y profesores había tenido y conocido muchos, pero Ninguno como él. Fue gracias a su metodología, su carisma, su excelente técnica, su amor, su pasión, su lucha desinteresada por vernos mejor y triunfantes ante la vida y su excelente calidad como ser humano, lo que inicio una transformación en cadena de todos los aspectos de mi vida por medio del taekwondo que éste enseñaba y a través del cual nos instruía y demostraba por medio del ejemplo, como debíamos de llevar la lucha no solo en el dojo, sino en todos y cada uno de los aspectos de nuestras vidas, como debíamos de ser medallas de oro en el estudio, medallas de oro en la familia, en el trabajo y en todos y cada uno de los proyectos o cosas que nos propusiéramos hacer.

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Es así pues como hoy, he logrado salir del barrio junto con mi familia, curso  actualmente el séptimo semestre de licenciatura en educación física gracias a la beca deportiva, soy profesor de taekwondo de la Fundación KIO “GUERREROS DE VIDA” y aunque siento que hay mucho camino por recorrer, muchos obstáculos que vencer y mucho por aprender. Doy infinitas gracias a KIO por aparecer en mi vida y por convertirse mi maestro, amigo y guía.

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