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Ancla 1

Isaac Mateo Vélez Castaño

Realmente no tengo memoria de una vida antes del Taekwondo, practico desde muy niño entonces en todos mis recuerdos está el Taekwondo presente. Durante los 12 años que llevo entrenando Taekwondo han sucedido cosas maravillosas, como también experiencias que me han ayudado a forjar mi carácter, espíritu indomable, y perseverancia. Mi formación en valores se la debo a mi familia, a mi colegio, y a mi maestro Juan Carlos Muñoz, porque fue en estos tres ámbitos en los que me enseñaron la importancia de ser persona antes de ser profesional, deportista, o cualquier otra cosa; lo más importante es la humanidad y es algo de lo que la mayoría de gente se olvida hoy en día.

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El Taekwondo no es solo un deporte, es un arte marcial, por lo que no se trata solamente de correr, o saltar, o pegar patadas, es mucho más profundo que eso, es tener disciplina, respetar a los mayores y a los compañeros, entrenar y competir no solo con la fuerza de nuestros cuerpos, sino aprender a que la fuerza de voluntad nos impulse cuando ya la energía se va acabando. El Taekwondo forja el alma, el espíritu, y el cuerpo.

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Gracias a él he tenido experiencias maravillosas como conocer muchos países en el mundo y disfrutar de la competencia internacional, asimismo como conocer a personas que de compañeros de entrenamiento se convierten a amigos para toda la vida, y estoy muy agradecido con la vida por haberlo puesto en mi camino.

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Hoy soy un joven con muchas ganas de perseverar, de dar siempre lo mejor de mí para continuar mi camino hacia ser el mejor del mundo, es mi meta y mi deseo, y por eso entreno todos los días con mi objetivo en mente y mi corazón en la mano.

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